viernes, 20 de noviembre de 2009
Maurice Béjart
Maurice Bejart quería que la danza fuera el "arte del siglo XX". "He sacado la danza de las salas de ópera para llevarla a los Palacios de Deporte, a los Juegos Olímpicos y al Festival de Aviñón", solía afirmar Bejart, orgulloso de haber hecho posible que un público masivo tuviera acceso a su disciplina. Con sus ojos de un azul profundo, Bejart, que se había convertido al Islam en 1973, se hizo la imagen mística que ha impregnado el conjunto de su obra.
Con sólida formación clásica, Béjart también dedicó una importante parcela de su vida a educar a los bailarines. Fundó escuelas en Francia, Bélgica y Suiza, donde vivía desde hacía varios años. En Lausana, la ciudad donde ahora vivía, su compañía preparaba un nuevo montaje: La vuelta al mundo en 80 minutos.
Su primera obra importante fue Symphonie pour un homme seul 1955, a la que siguió una invitación del Teatro Real de la Moneda de Bruselas para crear un ballet para una compañía permanente. Así surgió la coreografía de la La consagracion de la primavera, su obra maestra. Fue también autor de la coreografía de cerca de 200 ballets, la mayoría de ellos para su propia compañía .
En total, Maurice Bejart creó 140 coreografías a través de las cuales expresó su pasión por los viajes y su gusto por el mestizaje. Cine, teatro y ópera se mezclaban en sus creaciones, que no sólo combinaron géneros, sino también épocas, estilos y civilizaciones.
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